“Se define como equilibrio energético el estado que se alcanza cuando
la ingesta energética equivale al gasto energético (…). Un equilibrio
energético positivo, en el que la ingesta supera el gasto, produce aumento de
peso del que aproximadamente entre el 60 y 80% será grasa corporal”. Estos son
algunos de los aspectos recogidos en un trabajo científico publicado en la
revista científica US Endoncrinology, y analizado durante el transcurso del
Simposio “Balance energético, un nuevo modelo de gestión en salud” celebrado en
el marco del VI Congreso de la Fundación Española de
Dietistas-Nutricionistas (FEDN) que se celebra del 16 al 18 de octubre en
Valencia.
Según este estudio, los
componentes del equilibrio energético son interdependientes y requieren ser
regulados a varios niveles. Mientras la pérdida de peso exige grandes cambios
de conducta que desencadenan reducciones compensatorias en el gasto energético
(que a su vez facilitan la recuperación del peso), prevenir su aumento puede
lograrse mediante cambios de conducta más pequeños, como reducir la ingesta de
100 calorías diarias y aumentar la actividad física (en la mayor parte de los
casos).
“El cuerpo humano funciona
mediante un complejo sistema de control fisiológico que hace que los
componentes de la ingesta y gasto energético no se puedan alterar de forma
individual sin cambios compensatorios en el otro elemento. Por eso, las
estrategias para combatir la obesidad se deben centrar tanto en la entrada como
en el gasto de energía”, afirma la Dra. Pilar Riobó, del Servicio de
Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de
Madrid, y una de las expertas participantes en el Simposio.
Según la Dra. Riobó, “nuestro
organismo está preparado para funcionar con una ingesta limitada de alimentos y
ejercicio suficiente, y no al contrario, como sucede actualmente en muchos
casos. Es necesario que el conjunto de la dieta sea variada, moderada y
equilibrada, que tenga en cuenta las necesidades de cada persona, y que
se acompañe de un estilo de vida que incorpore actividad física diaria”,
afirma.
La actividad física, una de
las herramientas con mayor potencial para prevenir la obesidad
Para la
Prof. Dra. Marcela González-Gross, Catedrática del Departamento de Salud y
Rendimiento Humano de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del
Deporte-INEF de la Universidad Politécnica de Madrid, miembro de CIBERobn y
directora del grupo Imfine de investigación, y otra de las expertas
participantes en el Simposio, “comprender cómo funciona el equilibrio
energético en nuestro organismo, y formar a la población en este sentido, son
la base para la creación de estrategias de reducción de la prevalencia del
sobrepeso y la obesidad más efectivas”. Según esta experta, “la totalidad de la
comunidad científica considera hoy el ejercicio físico como una de las
herramientas de salud pública con mayor potencial para prevenir el sobrepeso y
la obesidad, por eso es muy importante dotar a la población de las infraestructuras
necesarias para ayudarles a desarrollar un estilo de vida más activo”. A este
respecto, la Prof. Dra. González-Gross señala que diversos estudios han
identificado cómo en los últimos 50 años la actividad física laboral se ha
reducido en más de 100 kcal/día.
Ambas
participantes en el Simposio han respondido además a diversas cuestiones
realizadas por el Dr. Rafael Urrialde, Director del área de Nutrición y Salud
de Coca-Cola Iberia, sobre el concepto de balance energético y salud en un
novedoso formato de simposio basado en preguntas-respuestas, que ha permitido
además ahondar en aspectos puramente científicos de una forma más comprensible
y divulgativa, respondiendo a cuestiones como, ¿cuál es la mejor estrategia
para mantener el balance energético a largo plazo?, ¿qué es más fácil: prevenir
la obesidad o revertirla una vez que está presente? y ¿cómo podemos promover
cambios de comportamiento en la población?, entre otras.
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